¿Qué hacer para que las toallas queden suaves y esponjosas?

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¿Quieres tener unas toallas suaves, esponjosas y bien perfumadas? ¿Pero cómo conseguirlo? Cuando estrenamos las toallas, son absorbentes y suaves pero, poco a poco, empieza a aguantar y recuperar su estado parece casi imposible. El cal del agua se deposita entre las fibras y cuando la toalla seca se va quedando más rígida y con el paso del tiempo más áspera.

Hay una serie de trucos para que allas queden limpias y suaves:

Lavado con detergentes suaves y ojo con el suavizante

Primero, levalas a baja temperatura, en templada de agua. Después, en cuanto a los productos que utilizar, hay que señalar varios puntos. Por un lado, se recomienda optar por un detergente que haya sido indicado para tomar con mayor delicadeza y para utilizarlo en un medio. Eso de llenar el compartimiento destinado al detergente sin ton ni son es un gran error. Normalmente se explica en los embalajes como es la cantidad exacta que hay que échar al electrodoméstico en función de la carga que va a poner. Respecto al suavizante, menos es más en este caso. Los expertos indican que este producto reduce la capacidad de absorción del algodón así que procura no abusar de él.

Sin abuso de detergente. Debes echar la dosis recomendada para la colada que hayas puesto (iStock).

¡Quiero secarme y no llenarme de pelusas!

Con veces, cuando estrenamos toallas estas can loss algo de pelusa. Por eso, te contamos cómo lavar las toallas nuevas para quitar las pelusas paso a paso:

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  1. Si observas que todavía hay pelusas, ponlas a remojo en un barreño con agua abonde que las cubra por completo.
  2. Echa un buen chorro de vinagre y sal gorda, remueve bien para que la toalla los absorba por completo.
  3. Deja que resten un remojo colgante unas dos o tres horas.
  4. Haz un lavado corto con centrifugado a unos 30º.
  5. Si puedes, ya que sequen al aire libre. El efecto del sol junto con la brisa natural ayuda a que se déprendan las pelusas restantes.

Adiós al suavizante y ojo con la cantidad de detergente

Lejos de lo que puede parecer, el suavizante y las toallas no son buenos amigos, ya que disminuye su suavidad y capacidad de absorción. Ocurre lo mismo con el exceso de detergente. Con la justa cantidad de detergente las todas quedan limpias y mantenemos mejor las cualidades de su tejido.

¿Alguna vez a pensado que cuanto más tiempo y el agua más calentita más limpias quedarán las toallas? Otro error común. Las toallas salen igual de limpias si utilizamos agua fria como si utilizamos agua caliente. Al igual que el tiempo de lavado, con un programa corto es suficiente para que las toallas estén limpias.

Minerales en el agua que se adhieren a los tejidos

El efecto de esos minerales es que van eliminando la prestancia inicial de nuestras toallas. Mucho ma´s cuando se trata de aguas duras. De esta manera, con el tiempo llegan incluso a raspar la piel si no hacemos nada para evitarlo.

Los productos para suavizar la ropa forman una película qu’impide la absorción del agua. Aunque suene paradójico, lo que en principio nos ayuda a conservar las toallas más suaves, a largo plazo produce el resultado contrario.

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